Este vídeo trata sobre un proyecto que lleva a cabo, durante
unos meses, una profesora con su clase
de adolescentes del instituto.
Dichos adolescentes son un grupo reducido de chicos, de unos
16 años aproximadamente, que tienen una mala imagen e idea del instituto y del
hecho de ir a clase o de dar el temario.
Los eligen a ellos porque según la sociedad, están criminalizados por el
sistema y porque el sistema les señala como responsables de la violencia que
está presente en ellos, en cambio, la profesora con la que llevan a cabo esto
opina todo lo contrario y dice que es el sistema el que condiciona la vida de
las personas.
En el proyecto se trabaja tanto la manera de mejorar sus
vidas a nivel personal como a nivel profesional y además, trabajan las
“etiquetas” de la sociedad. Este proyecto se realiza todas las semanas en la
clase de los viernes y en cada sesión la profesora lleva una prueba distinta
preparada con la que conseguirán una serie de objetivos y aprendizajes que les
servirán para la vida.
Al principio, ellos se lo toman a broma y lo ven como una
manera de perder clase, sin embargo, con las pruebas que van teniendo cada
viernes y con la buena implicación de la profesora, ésta visión cambia y cada
vez les ponen más interés. Con esto vemos que hasta lo que piensas que no vale
nada, puede cambiarte en cuestión de un tiempo.
Las pruebas que se les van presentando en cada sesión tratan
de valores como la confianza, el respeto, la sinceridad y la educación, algunas
son para adquirir e identificar roles, conocer mejor a sus compañeros e incluso
para conocerse mejor a ellos mismos e identificar cualidades que ni ellos
sabían que tenían o no terminaban de reconocer, también hay pruebas en las que
valoran los recuerdos y se quitan el miedo a emocionarse en público, para
trabajar la desilusión cuando no alcanzan una expectativa y otras son para
aprender a aceptar lo que te dicen los demás, aunque no te guste o no lo
compartas. Además, para finalizar este proyecto, representan una pequeña obra
teatral relacionada con todo lo que han aprendido.
Al terminar esta obra, uno de los actores apoya a todas
aquellas personas que tienen pocos amigos o directamente no tienen, porque como
dice él “nunca nadie llega a estar solo y siempre hay que continuar”.
Evidentemente y como hemos podido ver, es un proyecto un poco
difícil de llevar a cabo, pero es que lo fácil no nos lleva al camino del
éxito.
Para ello hace falta realizar estas dinámicas en un ambiente
de amor y respeto y en un espacio cómodo, en el que ellos se sientan escuchados
y vean que pueden ser ellos mismos, sin límites ni barreras y con libertad.
Me ha parecido un vídeo bastante interesante, además de otros
muchos sentimientos que nos puede crear.
Nos enseña a como confiar en nosotros mismos y en los demás,
a tratar a las personas de manera adecuada, a pesar de su raza, sexo, etc., a cómo
podemos ayudar a las personas que no se sienten cómodas en la sociedad o están
apartadas, a mirar más en nuestros interior, reconocer nuestros problemas y
vivir con ellos como si fuera otra de las muchas virtudes que tenemos.
Otra de las cosas importantes que nos enseña y que me ha
gustado bastante es que, llorar no es signo de debilidad y que somos las
personas que somos por los recuerdos que tenemos de lo que hemos vivido y que
además, hay que aprender a gestionar nuestras emociones para no crearnos una
coraza que nos impida relacionarnos, confiar en los demás y creer en nosotros.
Porque si uno no confía en si mismo, no puede hacer que alguien confié en él.
Otra de las cosas que destaco, que también me ha parecido
interesante, es que a la hora de reconocer la decepción que le hemos causado a
alguien, normalmente a nuestras personas más cercanas, hay que saber
gestionarla y actuar de la manera correcta, hablar desde el corazón, pedir
perdón y no dejar que la sociedad nos coloque donde no es nuestro sitio.
Por último, y no menos importante, recalco y comparto lo que
ha dicho la profesora en uno de sus momentos de “reflexión”, que dice así “La escuela tendría que ser un espacio de
formación y preparación para la vida,
porque en la vida tenemos que ser felices y para eso hace falta quererse,
entenderse, aceptarte cómo eres y entonces desde ahí generar un espacio cómodo
para ti y los demás. Así sentirá cada uno como es”.
Al decir esto, pienso que lleva bastante razón, porque
partimos de que si uno no es feliz, no se va a querer, no va a valorar lo que
tiene ni va a disfrutar de lo que le rodea y menos aún, de la vida. Y por supuesto,
si uno no se quiere ni es feliz, no va a ser capaz de querer y hacer felices a
los demás. Y sin esto, nunca vamos a estar en nuestro espacio de comodidad ni
nos sentiremos libres, ni siquiera nos sentiremos.
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